Yo no he de olvidar jamás una lección que recibí cuando era aún niño. Discutía con una persona mayor sobre la veracidad de cierta afirmación por haberla leído en un diario.
Esa persona tenía un perro al que llamaba León, "Mire amigo" -me dijo-, y dirigiéndose al perro, le llamó: "León, León, León", y el perro vino. "Ha visto?" -me dijo- "Le digo León y viene, pero no es un león, es perro".
Desde entonces, cuando leo o me dicen algo, lo primero que hago es discernir por mí si ello es o no. No sea que digan que es león y luego resulte que es perro.
Este consejo quiero transmitirlo a todos los argentinos de buena fe, porque he descubierto que en estos momentos hay muchos hombres de mala fe que desean engañar a la opinión pública con fines generalmente inconfesables.
Juan Domingo Perón, en conferencia pronunciada el 21 de agosto de 1947.